Suite Habana es un documental dirigido por Fernando Pérez
en el año 2003. Se denota el retrato de la cotidianidad cubana, más que todo en
la clase popular. Refleja la realidad de 10 personas incluyendo niños y
ancianos. Se hace uso de personajes reales, no es ficción. Ninguno de los
personajes del documental eran actores profesionales, todos plasmaron la
realidad de su diario vivir en el film. Se muestra la
vida de obreros, bailarines, payasos, niños, entre otros.
En el documental se hace uso de primeros planos y cerrados
en los que se puede observar muy bien los rasgos de los personajes; también se
hace uso planes medios y generales en los que contextualizan al espectador de
la realidad del personaje y el ambiente en que lo rodea. A demás el plano
detalle se resalta en el film, el acercamiento de los diferentes objetos en el
ambiente producen una sensación de realidad y compenetración.
El uso de diálogos es nulo, prima el sonido diegético,
propios del personaje y del entorno en que los rodea, más que todo sonido
ambiente; tales como el sonido de la calle, pasos, etc. En el momentos de de
carga nostálgica o tristeza introducen música instrumental de apoyo para
contextualizar y acentuar las acciones del momento.
En la charla que dio el director en la cinemateca Boston en
el marco del carnaval internacional de las artes, compartió parte de su vida y
recorrido en el cine desde sus comienzos, partiendo a sus 17 años con el
ingreso al ICAIC. Para el director cubano, el cine trata de expresarse en un
lenguaje audiovisual a través de la comunicación de imágenes y sonido.
En el desarrollo de un guión el director prefiere escribir
lo menos posibles descripciones de sitios; a demás resalta la improvisación en
el desarrollo de estos, puesto que se hace mucho uso de la intuición. Agrega
que en cine se debe hablar de "principios" y no de leyes, pues estos
a pesar de que se respetan, también se pueden deshacer de ellos.
En los proyectos suyo hace mucho uso del silencio y técnicas
digitales que son la creación de sonidos en estudios; se inclina más que todo
pos sonidos orgánicos provenientes de la naturaleza lo cual refleja una sensación
de realidad con otra expresividad. A demás recalca que el trabajo de un
director es invisible pero necesario; "no se trata de dirigir a los demás
sino de dirigirse a uno mismo" (Bresson).